Escalada de represión y salvajismo es lo que está abiertamente
planteado por el régimen contra la población. El grupo de forajidos que
detentan el poder y sus lacayos ilegales, ilegítimos e inconstitucionales de
los poderes secuestrados; están más que cuadrados con su intención de acabar
con La República, cueste lo que cueste.
En un vano intento por darle una salida legal a la apátrida
constituyente, la Fiscal General realiza una segunda gestión ante, lo que se
supone, debe ser una instancia imparcial y ésta le vuelve a dar con la puerta
en la cara confirmándole a ella y a cualquier incrédulo que ellos están para asegurarle
el poder al régimen y de paso que ni se les ocurra intentar ilegalizarlos
porque darán con sus huesos en la cárcel.
Lo que para muchos resultó un abierto y frontal rumbo a
la tiranía; toda vez que el país en su perseverante conducta democrática los echo
de la Asamblea Nacional (AN), hace más de un año; como fue la suspensión de 3 diputados legal y legítimamente electos (y para
colmo proclamados por el Consejo
Nacional Electoral), por parte de la pandilla de pillos que fungen como “magistrados” del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ); y la confiscación del derecho ciudadano a revocarle
el mandato a un funcionario público. Resultó en una cadena de eventos
desafortunados plagados de ilegalidades, abusos y arrogaciones de poderes
supraconstitucionales, que han llevado al punto de pretender anular el pliego
de normas que nos define como república democrática: La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV).
Y es aquí donde comienzo a dejar claramente sentada mi
posición al respecto. Porque los principios para mi son un valor fundamental y la médula de cualquier asunto por resolver. Si los echamos a un lado, los
olvidamos u obviamos por conveniencia, vamos a tener siempre un desafortunado
desenlace.
Cuando se recuperó ese importante espacio de la (AN), esta
institución debió de enderezar todo lo torcido que existía en el ámbito del
estado. Revocar el ilegal nombramiento de los magistrados chimbos que, por vía
expedita y fuera del tiempo reglamentario, realizaron los diputados mayoritariamente
chavistas de la anterior (AN), sin cumplir con todos los tiempos legales y sin
respetar la requisitoria necesaria para tales cargos. Destituir a los rectores
del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuyos tiempos ya estaban vencidos, y
algunos hasta ratificados extemporáneamente por los mismos magistrados ilegales
en abierta usurpación de funciones; y
nombrar a los nuevos cargos. Y por supuesto no atender ninguna decisión venida
de esos ilegales funcionarios.
Y no se trata de retaliaciones políticas ni mucho menos, es
simplemente una cuestión de sentido común, ¿Cómo es que la (AN) va a obedecer
una sentencia que anula a unos diputados legal y legítimamente electos venida
de unos funcionarios usurpadores de esos cargos?, esto siempre fue una
verdadera locura y una falta de respeto a las leyes, a las instituciones, al Estado y al Pueblo mismo.
Obviamente todas esas omisiones, no solo permitieron llegar
hasta donde hemos llegado, sino que con ellas se convalidó la actuación de unos rufianes que
continuaron:
Declarando en “Desacato” a la (AN). Usurpando funciones que no les
compete en contra de otro poder independiente, al prestarse para recibir la
memoria y cuenta del tirano mayor. Arrogándose competencias inconstitucionales, al adjudicarle al delincuente mayor facultades
especiales. Hasta llegar a esta última, donde en dupla perfecta con la
participación del (CNE) - o ¡qué casualidad! - pretenden con sus decisiones y
apoyo incondicional al régimen la eliminación de la (CRBV).¡Un palo certero a
la lámpara!.
Si la (AN) hubiese
asumido todas las tareas pendientes todavía por hacer, para enderezar este
desaguisado de desgobierno nos habríamos ahorrado un año de sufrimiento y
víctimas de esta guerra desigual de Sociedad Civil contra Mafia, de Ciudadanía
contra Tiranía, de Pueblo contra Invasores cubanos.
Claro está, siempre terminaron ganando en esta ruleta de empíricos
expertos en procesos políticos, los que aseguraban que las posiciones
“diplomáticas”, las “iniciativas políticas” y los “procesos de diálogo” eran lo
más adecuado, lo que correspondía para poder salir de
este error histórico en que nos encontramos. Pero siempre lo omitieron u olvidaron
(adrede); y ya tenemos más de 17 años de experiencia donde sabemos que no
tratamos con seres normales, con personas decentes; con adversarios de una
corriente política distinta, o con hermanos venezolanos que invariablemente
deberían entender el sufrimiento del pueblo.
No señores de la (AN), el secuestro del poder del estado que
padecemos desde el año 1999, está en manos de la peor escoria humana que yacía
en no sé qué sucia rendija de nuestro país; y que se ha venido apoderando de
todo a su mejor saber y entender, demostradamente sentenciado con la sepulcral
frase de “No volverán”. Es el súmmum de la delincuencia nacional e
internacional, fortalecido con la invasión del régimen más criminal que haya
existido en la región, como lo es el castro-comunismo.
Entonces, ¿A qué jugamos? diputados de la (AN).
¿Qué esperamos para empezar a enfrentar TODOS JUNTOS, y al
UNISONO, a este rancho de gobierno?
¿Es que acaso todavía le quedan ganas de seguir jugando a la
diplomacia con estos forajidos?
¿Es que el pueblo los eligió para que ustedes dialogaran o
cuadraran cualquier salida negociada con la delincuencia gobiernera?
¿Es que les parece que vamos todavía por buen camino con
protesta pacíficas, pero sin fijar las posiciones políticas y jurídicas respectivas?
¿Es que todavía creen que se puede seguir adelante en este
protestantismo sin asumir una postura frontal amparados en la constitución y
con el apoyo de legitimidad que les arropó en el 2015?
¿Qué esperan para proceder en consecuencia con los actos
intentados por la Fiscal General de La República (FGR)?
Es innegable reconocer que han faltado a los PRINCIPIOS que
mantienen esta república. No se les eligió para andar en una feria de
declaraciones públicas. No se les eligió para que anduvieran en una eterna
campaña electoral, negociando cualquier alternativa de cargos de elección
popular como si se tratara de un régimen democrático. No se les eligió para que
cifraran todas las esperanzas del pueblo en un ridículo cronograma electoral.
Se les colocó como diputados de la (AN) para que asumieran
su rol de legisladores, controladores y de contrapeso político que tanto nos ha
hecho falta.
Claro, siempre van a insistir en que el régimen tiene "la olla
agarrada por el mango", y ustedes tan solo la voluntad del contrapeso. Pero y
¿Eso que cambia en toda esta historia? Igualmente nos teníamos que enfrentar,
como ahora, con una pandilla de maleantes que no iban a tener ninguna
contemplación con el país (lo sabemos desde la mismísima ascensión del
militarcito golpista y su discurso divisionista). Pero por lo menos se hubiese
dejado en claro y al descubierto desde el principio, el régimen dictatorial que
padecemos en Venezuela. No hubiésemos convalidado ni al usurpador del poder, ni
a sus compinches en los poderes secuestrados. Y no hubiésemos perdido tanto
tiempo en esta lucha que le ha costado más miseria, mas enfermos, más víctimas
de la delincuencia (lo que ha resultado una política de estado), mas presos políticos, mas fuga de
cerebros, y más fallecidos en las protestas.
Asuman de una buena vez su rol específico y dejen de estar en
esa ridícula campaña electoral permanente que al pueblo no le beneficia ni le
interesa. Porque no necesitamos tener elecciones para salir del régimen, necesitamos
salir del régimen para tener elecciones.
Oscar J Pinto Arnó
17/06/2017